jueves, agosto 27, 2009

TRASKILACHI: EL CABALLERO DE LA OSCURIDAD




Érase una vez un nocturno caballero de espigada figura que de tanto fumar se volvió loco y, al igual que el ingenioso hidalgo que luchaba contra molinos de viento, se posicionó en el imaginario colectivo hasta convertirse en leyenda.

De todas las personas que he conocido, Traskilachi fue acaso el sujeto más coherente con su estilo y su filosofía de vida: el peligro y el misterio como premisa, como medio y como fin de las cosas. Transitó siempre por la delgada línea que divide la travesura del delito. Y fue por eso que, en el fondo de sí mismo, esperaba siempre esa tardía justicia que lo sancionaría con rigor por cosas menores. Había en Traskilachi una seducción terrible hacia la oscuridad que no podía contener, y cada vez más, la tentación hacia la penumbra se fue acentuando en él hasta convertirlo en una especie de polilla que cae rendida ante la seducción luminosa del fuego que terminará calcinándola.
Hacia su propio fuego avanzaba él, premunido siempre de aquel aroma añejo, sin más armas para enfrentar a la penumbra que su presencia misma: espigada, sombría. Y ese transitar lo definió a lo largo de su vida. Esa enajenación que se materializaba en las absurdas y barrocas anécdotas que solía referir. Las mismas que arrancaban iracundos reproches acompñados de risa incontenible. Y es que él era así: capaz de hacer confluir la cólera con el humor, la risa con el llanto, la desconfianza con la amistad.
Era Geampierre acaso una especie de vampiro que se debilitaba con la luz del día y se fortalecía en los cavernosos parajes donde se refugiaba en las frías madrugadas de ron ardiente y sopores artificiales que él conocía muy bien. Y así, bajo esas circunstancias repetía un ritual del miedo que, si no lo mataba, lo hacía más fuerte. Ese mismo miedo que lo paralizaba cuando luego de ciertas sustancias entraba en un trance de terror, colocándose por voluntad propia cara a cara con el miedo más profundo.
El caballero de la oscuridad se aterraba cuando el oscuro paraje donde nos estacionábamos para beber licor era amenazado por las luces de algún vehículo impertinente. Entonces todos éramos testigos del extraordinario momento que en su interior vivía: sudaba frío, su respiración casi se detenía y bajo su aparente rostro sereno, sus interiores se descascaraban y su esqueleto mismo parecía hacerse añicos. ¿Es acaso un auto policía que lo llevará al calabozo? ¿Un asesino que ajustará una cuenta pendiente con él? ¿La parca misma que llega para anunciar la partida del tren? Cuando la luz pasaba, el alma le volvía al cuerpo, había terminado ese trance casi orgásmico que lo acercaba un poquito a la muerte. Esa distinguida dama que hace poco le vino a pasar factura.
A pesar de ello, había algo en él que lo hacía entrañable, que lo distinguía del resto de aquellos seres de su condición. Un aditivo indefinible que lo untaba de un carisma particular. Quizá ahí esté el secreto de su popularidad, porque personas muy distintas a él, con una manera de entender y proceder que estarían en las antípodas de lo que él hacía, lo llegaron a apreciar como entrañable amigo y lo convirtieron en un personaje central de anécdotas increíbles.
Con su partida, el internacional Traskilachi ha pasado a formar parte de aquella élite privilegiada de seres humanos que después de muertos, siguen presentes en la vida de la gente que conoció y subyugó. La tiniebla se convirtió en una potente llama de fuego que se mantiene crepitando en el recuerdo de sus amigos. El caballero de la noche es acaso un candidato a convertirse en un personaje de culto, cuyo evanescente recuerdo se robustecerá con el correr de los meses y los años; como el vino y como el whisky (o por qué no, como un anita) ; porque el tiempo, a Traskilachi- al igual que a dichas sustancias- les potencia sus atributos.


viernes, enero 25, 2008

ejercicios

-Ya no estoy para aquello, buck -dijo, llevándose un puñado de cancha a la boca mientras esperaba su cerveza, y lo hizo fijando la vista siempre hacia el horizonte donde refulgía un cielo terriblemente encendido y a la vez agonizante.

martes, agosto 14, 2007

EDGAR MORÍN EN EL PERÚ


Edgar Morin (Paris, 1921) es un intelectual considerado ‘libre e inconforme’. Polémico y rebelde, ha cuestionado las formas de investigación tal cual están planteadas hasta ahora. Su trayectoria profesional y de vida lo catalogan como un intelectual iconoclasta que busca revertir no solo los conocimientos sino el entendimiento de la vida misma.

Morin y su pensamiento complejo plantea el tejido transdisciplinario para entender un objeto de estudio, permitiendo la intercomunicación entre la ciencia y la filosofía. Por ello plantea en sus trabajos de investigación un nuevo paradigma para afrontar los nuevos quehaceres del conocimiento.

Plantea que el fenómeno que todos conocemos como ‘Mundialización’ es, mas bien, una ‘Occidentalización’ puesto que el intercambio no es bidireccional, sino unidireccional, donde la cultura de occidente (primer mundo) se impone y somete a otras culturas a otras concepciones de entender el mundo: su modo vivir, de pensar, de sentir. Es así como desde que Europa llega a América y la somete con la Conquista, comienza la Mundialización o mejor dicho la Occidentalización. Pero es un fenómeno de sometimiento antes que de intercambio.
La coartada perfecta para justificar dicha imposición de una cultura sobre otra es el concepto de ‘traer la civilización’ a los ‘bárbaros’. Un concepto absolutamente arbitrario y sesgado puesto que considerar como tales a cualquier cultura distinta a la suya es una arbitrariedad absolutamente arrogante. Es oportuno mencionar el ejemplo que cita Morin para graficar este suceso: cuando los europeos descubren que algunas tribus como parte del ritual de sus guerras, se comían a sus vencidos fallecidos, los occidentales los califican de bárbaros; sin advertir que ellos han torturado y masacrado seres vivos en nombre de la civilización (santa inquisición) es una paradoja. Un entendimiento arrogante de los colonizadores. Otra muestra de este fenómeno es la acupuntura, una forma de medicina de miles de años de tradición en la China, que la ciencia de occidente no la entiende. Y al no entenderla con su razonamiento propio y con su ciencia, la rechaza, la niega.

La conclusión se cae de madura: se suele llamar ‘bárbaros’ a civilizaciones con culturas distintas. Morín reclama el derecho de estas sociedades colonizadas a tener una cultura propia.

El humanismo, a lo largo de la historia, ha sido malentendido por el hombre, asumiendo que su misión es la de dominar la naturaleza. Dominar, o mejor dicho depredar los recursos naturales, atentando contra los animales y las plantas en nombre de una llamada ‘superioridad’ del homo sapiens sobre otras especies de seres vivos. Es Recién en el siglo XX que se descubre que ello era un error, un camino de suicidio. Advierte esa visión arrogante y equivocada: “El hombre superior a todo”.

La Occidentalización tiene cosas buenas y malas, pero su intención totalizadora y absolutista, la descalifica.

Morín también critica los absolutismos en cualquiera de sus formas. Lo hace con el comunismo como con la derecha ultraliberal, buscando el consenso, el equilibrio rechazando una receta extrema como lo plantean tales posturas. Las justificaciones de unas teorías se fundamentan en el fracaso de sus antagonistas y no en el éxito de las mismas: el fracaso de las economías comunistas es el triunfo de los “Chicago Boys”.

El mercado mundial y la economía mundial llega junto a la masificación de los mass media (teléfono, televisión, radio, Internet) lo que resulta positivo en el campo cultural, el capitalismo y su desarrollo mundial permitirá una literatura mundial, todos los autores al alcance de todos. Y con ello se crea un mestizaje cultural. Un nuevo tipo de originalidad. Empero, Morin plantea que también es importante y vital preservar la singularidad de cada grupo. Plantea que es necesario en pro del equilibrio, la defensa de los estado-nación.


El optimismo de un pensador inconforme.

Morín es un intelectual muy crítico y severo con la realidad y al mismo tiempo un hombre que confía en el hombre. Es inflexible con el concepto de ‘desarrollo’, que tal como está estructurado ahora no es más que “pequeñas zonas de prosperidad para unas minorías y grandes espacios de miseria para las mayorías”. Y plantea que miseria es diferente a la pobreza. Pobreza supone una vida austera con dignidad mientras que miseria es una situación de dependencia absoluta y supone desprecio.

Ocurre, según Morin, que los países poderosos no tienen una “conciencia planetaria” para respetar la diversidad. Estamos en una crisis planetaria. Hay ausencia de conciencia
De un futuro posible. Hay desesperanza.

Pero de esa desesperanza, nace la esperanza. Hace un llamado para que las naciones más poderosas fomenten un nuevo mundo. Confía en la capacidad del hombre para resolver los problemas que él mismo ha generado, sustentando sus teorías en sus visiones holísticas del conocimiento, la misma que no cree en la separación de las ciencias y fundamenta que todas se afectan entre si y que es errado estudiar un fenómeno bajo la mirada de una sola ciencia. Morin, sociólogo y biólogo, plantea un principio natural para corregir un sistema que no tiene la posibilidad de resolver sus problemas vitales. Cuando ello ocurre el sistema se desintegra y se replantea. Busca una metamorfosis para reacomodarse a su nueva realidad. La oruga que se convierte en mariposa, deja de ser un ente terrestre para convertirse en aéreo, un feto que ha sido un ser anfibio, nace y se convierte en un ser que respira oxígeno. En estos casos la vida, la subsistencia, busca caminos para triunfar y eso también se aplica a las ciencias sociales.

Aquí me planteo una duda: ¿Es seguro que las dinámicas de la biología y la naturaleza respondan a las mismas que a los de otras esferas del conocimiento?

Hay dos posturas frente a las crisis:

a) salir adelante y superarla
b) retroceder más y empeorar.

Por lo planteado por Morin, parece que el confía en la primera posibilidad. Confía en que la creatividad es el mejor camino para ello. Posibilidades de nuevas soluciones, creativas, imaginativas que están dormidas en los seres humanos. Morin señala que algunos lo utilizan, como los artistas, quienes buscan caminos nuevos para manifestar nuevas formas de expresión. La creatividad tiene la posibilidad de resolver estos problemas y son las crisis las que van a forzar las metamorfosis de la sociedad: el fín de un mundo para crear otro.

Finalmente es oportuna la frase de Heiddegger para concluir su postura: (la respuesta) no se encuentra detrás de nosotros, se encuentra adelante”

miércoles, junio 13, 2007

naranja entera limón partido, abre la puerta que soy un niño

He pasado el día completo con mi hijo Matías.

No sólo hemos conversado largo y tendido sobre política, mujeres y fútbol; también hemos visto una película de orson welles en blanco y negro llamada "El Proceso". Por si fuera poco, cerramos la tarde escuchando música clásica: la flauta mágica de mozart, para elisa de beethoven y un vals de shubert cuyo nombre no recuerdo o no quiero acordarme pero que nos gustó mucho. Todas estas actividades las he disfrutado mucho en su compañía, pero ninguna resultó tan gratificante como recostarlo en mis rodillas, meter el biberón en su boca y hacerle beber sus tres onzas de leche formula que a veces utilizamos cuando su mamá no está en casa.

Veo su rostro cargado de placer al sorber la leche del biberón, hacienddo un ruido extraño y repetido: chuc chuc chuc. Como el biberón está inclinado con la base hacia arriba y el chupón hacia abajo, se levantan burbujas espumosas y poco a poco el nivel de la leche va disminuyendo. Tres onzas...dos onzas... una onza... hasta que se acaba. Entonces Matías llega a chupar solo aire. Cuando eso ocurre pega un grito terrible en señal de protesta.

Hay que prerarar un poco más, entonces.

Matías tiene veinte días de haber nacido en un hospital del Callao. Midió 51 cmts y pesó 3 600 gramos. Es hincha del Boys (hasta ahora) y está restando el tiempo que falta para que llegue diciembre y nazca su primo Yordan, hijo primogénito de su tío Víctor, para que juntos vayan a jugar al parque.


Tiene ojos café, nariz recta y cejas pobladas. Sus labios son delgados, sinuosos y rosados. Quienes nos conocen dicen que la forma de los ojos los heredó de su madre. El mentón y la boca, de su progenitor. Sus manos son ahora anchas y tiene dedos largos. Cuando nació en cambio, estaban muy arrugadas y por eso le pusimos como primer sobrenombre "el abuelo". Y "el abuelo" me ha permitido descubrir nuevas facetas, nuevas experiencias y nuevas emociones tan intensas como diversas.

Ser padre es una cosa bien loca.

Hace 20 veinte días que duermo menos pero disfruto más.

Y no es que uno no pierda la cordura algunas veces cuando la paciencia no abunda. Pero en esos momentos es cuando me recuerdo que estuve en la sala de parto, viéndo su lucha por salir victorioso a la vida de este mundo, oyendo su llanto enérgico -que en ese momento me llenó de orgullo y ahora ya me mortifica- y sobretodo recordando cuando tomé la tijera y corté el cordón umbilical que lo independiza de la madre y lo convierte en ciudadano.

Pequeño, Matías. Aunque esta nota habla más de ti que de mí, créeme; al hecerlo, estoy escribiendo sobre mí.


lunes, noviembre 13, 2006

carta abierta a mi hijo(a)

Hace tres días fuimos mi esposa Paola y yo a una cita con el doctor, para ver a través de una ecografía, qué tanto había crecido nuestro hijito o hijita (aun no sabemos el sexo).

Una vez dispuesta la cámara dentro del vientre, esta maravilla de la tecnología registra las formas que va encontrando a su paso. Luego envía los registros a un televisor colocado al frente de la camilla donde esta recostada Paola. Cuando el doctor enciende la pantalla se ve una mancha negra que copa todo. Luego de unos instantes el médico manipula y sobre el fondo negro aparecen varias manchas grises. Se puede distinguir en la pantalla, algunas imágenes sinsentido. Las formas absurdas aparecen y desaparecen y cambian con cada movimiento que hace el galeno dirigiendo la cámara. Hasta que en algún momento cuajan en un hombrecito en miniatura.

“Ahí está su hijo”, nos dice el médico.

Y sí, ahí está él. (Veo sus brazos, sus manitas –sin trapito-, sus piernas, su cabezota de foco)

Entonces mi hijo nos hace el primer regalo: cuando el doctor lo hizo aparecer en la pantalla por completo y enterito, el pequeñín o pequeñina alzó su bracito y comenzó agitarlo tal cual el papá le había enseñado. Nos estaba saludando. O quizá en agradecimiento a tanto cariño que ya le prodigamos, hace gala de sus habilidades y su capacidad para entendernos y justo cuando supo que estaba en el cuarto de hora de popularidad que implica aparecer en una pantalla de televisión nos hizo ese saludo tan particular que solo su madre y su padre entendemos, y por consiguiente, nos sintamos muy orgullosos de nuestra mejor creación. “Mira mamá, mira papá; estoy aquí” nos decía y alzaba y agitaba su bracito una y otra vez.

Lo veo y no puedo creerlo.

Fue emocionante y se me cortó la respiración.

El doctor volvió a la carga. Y esta vez, en la pantalla apareció su pecho en primer plano, y en medio de él, fulgurando con la fuerza de una locomotora, su corazón latiendo repleto de energía. Es sorprendente el milagro de la vida. Dentro del vientre de mi mujer, mi hijo ya está vivo, sintiendo, experimentando, descubriendo el mundo. En la pantalla se ve un punto que crece y se encoge con mucha vivacidad. Es el corazón de mi hijo. Mi hijo: suena raro, pero hermoso a la vez. “Está en excelentes condiciones”, nos dice el doctor. Y la mejor prueba de ello es su corazón bombeando sangre –sístole, diástole.

Advierto entonces que mi esposa tiene problemas para ver la pantalla. Desde su posición es muy difícil observar con claridad el monitor. Pero cuando la veo, siento envidia. Si yo soy capaz de experimentar todas estas emociones, qué sentirá ella que lo lleva dentro de su vientre, me pregunto. Esa experiencia es un privilegio que solo tienen las mujeres que son madres.

Entonces se me ocurre escribirte una carta, hijo. Para decirte que ya que estamos en confianza, debo advertirte que cuando pises este planeta descubrirás que si bien es cierto que tu madre y yo te amamos por encima de todo, también es verdad que la vida es muy dura, cruel, injusta y jodida; y al mismo tiempo es hermosa, bella, maravillosa y con miles de razones para vivirla intensamente. De ti depende cómo la veas. O es un caos sin remedio o es una gran oportunidad para mejorar las cosas.
Y bueno, ya que estamos entre tu y yo, déjame decirte que no andas muy bien en conducta, verdad? Mira cómo le haces la pataleta y el berrinche a la mamá que tiene que trabajar muy duro. Sabemos que eres muy inquieto pero usted deberá también tener consideraciones para con sus padres. Recuerde que debemos reducir a su mínima expresión los llantos de madrugadas. Recuerda que andas con excelentes notas en aprovechamiento, pero malas en comportamiento. Sí, hijito o hijita, yo sé que tu mamita también era muy traviesa, y tú también puedes serlo….pero no tanto.

No te olvides.

Nada de burlarte de la gente, ¿me entiendes?


Y estas son las travesuras que deberás evitar prioritariamente:

No le jales las cejas al abuelo Genaro.
No imites la manera de caminar de la abuelita Nelly.
No malogres las puertas ni las plantas de la abuelita Lourdes.
No le escondas su fólder al abuelito Alcibíades

Y sobretodo,

No le pongas apodos a tus tíos y a tus tías!!!

lunes, julio 03, 2006

viernes, junio 02, 2006


F I N

martes, mayo 16, 2006

vuelta de tuerca



(Para Sábato con cariño)


Antes la gente conversaba sobre la vida, sobre fantasmas, sobre filosofìa. Ahora conversan de trabajo, trabajo y cómo conseguir más dinero. Antes el trabajo era parte de la vida, ahora la vida es el trabajo. Uno podía detenerse a mirar el atardecer y ahora si apenas nos detenemos para ver el reloj.


¿Qué nos está pasando?

jueves, mayo 11, 2006

La nueva criatura de Mario


Llegó a mis manos la nueva novela de Vargas Llosa y la devoré en dos días. No puedo evitar decir algo sobre ésta:

Atenuada por breves lapsos de humor y ternura, se cocina en las páginas de Travesuras de la niña mala (Alfaguara 375 pp. 2006) una cruel historia de amor. Sí, como lo lee: cruel, y también ruin, descarada, desgraciada, póngale todos los adjetivos que usted apetezca. Pero historia de amor al fin y al cabo. Desde luego que habrá quienes afirmen que no lo es. Y bien podrían tener razón. Empero, ante mis ojos, es una bella historia de amor.

El impredecible –realmente impredecible- personaje femenino de su novela es la encarnación misma de la fatale femme que muchos cineastas han representado en sus películas. Esta vez lo hace un escritor, que construye a su personaje con rigor y precisión matemática. Y también a su antagonista, un hombre con vocación de desarraigo y tristeza.

Es una historia que dura cuarenta años. Una historia de ausencias, de soledades, de sexo, de deslealtades y lealtades. Un cuento largo de apariciones y desapariciones, de humor, de ironía y también de ternura. Y es que los encuentros y desencuentros de los personajes de esta novela no sólo están enmarcados en paisajes, sociedades y culturas diversos. Sino también en situaciones diversas. Porque hay escenas demasiado perversas y también muy tiernas. Uno puede entender que la maldad no lo es tanto si uno entiende el por qué de las cosas. El que esta historia de amor no haya sido feliz, sino por el contrario desafortunada, no parece ser un capricho del destino (eso es para novela de corin tellado) sino un derecho de las diferencias sociales ( es el sello de MVLL).

El amor fracasado de Ricardo Somocurcio y la Chilenita (llamémosla por su primer nombre, de entre los muchos que tiene) es hijo de la diferencias sociales: del resentimiento de un magma social que se manifiesta en la premisa de su existencia: la vida no es para disfrutarla, sino para reclamar –por todos los medios- aquello que otros sí tienen y nosotros no. Es el caso de la chilenita, camarada Arlette, madame Arnoux, señora Richarson o Kurico. Todas distintas y la misma al mismo tiempo. Porque ellas (ella) son la misma persona y proceden con un código de valores que su media naranja (quizá deba decir medio limón por lo amargo), el noble y romántico Ricardo Somocurcio, no puede entender sino hasta el final.

Es una novela en clave de humor también. Sugerente y culta, la historia es un paseo por diversas ciudades del mundo: Lima, Paris, Madrid, Londres, Tokio. Descritas con minuciosidad y llenas de datos y anécdotas. Es un brochazo a los cambios culturales, sociales y políticos del mundo y del Perú. La vida y el amor bajo la óptica de un hombre culto, romántico y cosmopolita. Cuya cultura se convierte en la mejor herramienta para entender los motivos de las maldades de la niña mala y en su refugio para atenuar las penas del corazón.

Una novela recomendable
.

viernes, abril 28, 2006

Lee peruano lee

El lunes 24 de abril, como parte de las celebraciones por el día del idioma, se llevó a cabo el suceso llamado Escritores en el Patio, que consistió en concretar una gran charla magistral, en simultáneo, a miles de padres de familia en cien colegios por cien escritores distintos contando cómo la lectura había enriquecido sus vidas, y llevando un mismo mensaje: LEER ES LO MEJOR QUE PUEDEN HACER TODAS LAS PERSONAS PARA SER MEJORES DE LO QUE YA SON. Una brillante iniciativa gestionada por mi amigo, el escritor Javier Arévalo, quien consiguió con mucha pericia, el respaldo de la Biblioteca Nacional y el financiamiento del Banco Continental.

Está comprobado que la lectura es el mejor camino para potenciar nuestro cerebro puesto que, cuando ejercitamos la lectura, estimulamos las sinapsis cerebrales, que no es otra cosa que los intercambios de información entre las neuronas de nuestro cerebro y ocurren cada vez que lo hacemos pensar. Estos intercambios de estímulos neuronales se repiten cada vez que hacemos funcionar nuestro cerebro para resolver algún obstáculo o problema. Y como toda regla, cuando más repeticiones se hagan, más se refuerzan ese tipo de intercambios. Es el natural proceso del reforzamiento de las vías neuronales que más se repiten Por el contrario, cuando no estimulamos las sinapsis, éstas se terminan atrofiando hasta desaparecer. Un proceso denominado poda cerebral, que elimina las ‘sobrantes’ o aquellas que no se utilizan.

Entonces la receta se cae de madura: LA MEJOR MANERA DE POTENCIAR ESOS VÍNCULOS CEREBRALES PARA DESARROLLAR LA POTENCIA DE NUESTRO CEREBRO, ES LA LECTURA.

Ahora les comentaré que mi experiencia dando la charla en el colegio “Saenz Peña” no pudo ser mejor. Hubo alrededor de cincuenta personas cuando no se esperaban ni siquiera diez. La Directora del colegio me había advertido sobre la indiferencia de los padres de familia sobre éstos temas. Pero vinieron más de los esperados y con la mejor disposición. Pude comprobar su interés por asimilar el mensaje que les traía por sus preguntas y repreguntas. Se notaban entusiasmados con la idea de que sus hijos sean mejores que ellos, que su mejor contribución al mundo es que sus hijos estén preparados para afrontar con éxito el desafío de ser mejores profesionales, mejores seres humanos.

Ahora fueron cincuenta, la próxima serán muchos más, se los aseguro.

P.D.- Yo creo que un escritor siempre va a despertar interés entre las persona por el simple hecho de dedicarse a un oficio poco común, cuestionado y a la vez respetado. Al final de la charla, las personas quisieron tomarse fotos conmigo y en algún momento, una joven y atrevida madre de familia entre tanta broma y apachurramiento para la foto, no se aguantó y me tocó las nalgas con un movimiento rápido, furtivo y atrevido. Justo en ese instante escuché un murmullo chacotero y la cámara disparó la foto. Estoy seguro, amigos, que la foto de recuerdo ha quedado grabada para la posteridad con un grupo de madres de familia sonriendo pícaramente y al medio de ellas, un escritor con los ojos saltones y una expresión de sorpresa ante la ‘tocada’ inesperada.